Músico cubano hace historia en el famoso festival de Coachella
Cimafunk, un magnético artista que fusiona el ritmo caribeño con metales al estilo de Nueva Orleans, hizo historia este fin de semana como el primer artista nacido en Cuba en tocar en el festival de Coachella. El músico ha colaborado con el rey del funk afrofuturista George Clinton y ha sido comparado con James Brown, mientras convoca multitudes en América del Norte y Europa. “Estoy haciendo realidad mi sueño”, dijo a la AFP entre bastidores este músico de 35 años, justo después de ofrecer un set cinético con su banda de nueve integrantes, The Tribe, en el festival de California. Cimafunk redefine los ritmos tradicionales con influencias de funk, afrobeat y hip hop. Sus frenéticos shows en vivo son una exploración del movimiento y lo físico al ritmo de los metales. Con gafas de sol extragrandes y con tachas, pantalones acampanados y sin camisa (se había quitado su capa con llamativos estampados mientras elevaba la temperatura de la tienda Gobi de Coachella con su actuación de alto voltaje), Cimafunk explicó que su música trata sobre el “alivio”. “Exploro lo que siento por dentro, la gente lo recibe y tienen una o dos horas de alivio”, dijo. “Tienen esa hora de felicidad”.
El artista nació como Erik Alejandro Iglesias Rodríguez y creció en un pueblo al oeste de La Habana. Estaba destinado a estudiar medicina (le viene de familia), pero decidió que era la música lo que le permitiría prosperar plenamente. Lanzó su primer álbum, “Terapia”, en 2017, y luego otro, de estudio, en 2021, “El alimento”, que obtuvo gran éxito. Mientras, su base de fans a nivel mundial crecía y era nominado al Grammy. Su música explora la identidad afrolatina en todo el continente americano.
La “cima” en Cimafunk se refiere a los cimarrones, africanos esclavizados que escaparon y formaron asentamientos libres. “La trata de esclavos fue muy larga e intensa entre La Habana y Nueva Orleans”, explicó el músico. “Cuando escribo hay la misma curación, la gente tiene los mismos remedios, la comunicación es muy similar, el estado de ánimo es muy similar”, señaló. “Y luego está el ritmo: hay música en todas partes y la gente simplemente toca música con el alma. Viven de la música, incluso cuando no son famosos… el ambiente es realmente saludable para mí”.
Cimafunk dijo que actuar es en sí mismo una declaración política, y que tomar el derecho a “disfrutar” es un desafío. “Te conviertes en tu propia obra” de arte, “tu propio cuerpo, tu propia alma, tu propia mente, tu independencia de pensamiento”. “Pensar por ti mismo, en tu propio cerebro… eso es un arma”. El artista calificó como “un privilegio” ser comparado con James Brown, el difunto “padrino del soul”, quien jugó un papel decisivo en la evolución del funk. Mencionó también otras influencias, como Clinton, Marvin Gaye, Stevie Wonder y la baterista Sheila E. “Todos ellos son mis héroes musicales y nos abrieron la puerta”.
Su banda es una tribu en varios sentidos, dijo. “Cuando tocamos juntos tenemos ese sentido tribal, un sentimiento tribal que va más allá de cualquier cosa de la mente consciente”. “Cuando subes a ese escenario, te olvidas de todo”, afirmó. El artista se está preparando para lanzar un nuevo álbum este verano boreal y también tocará en el famoso festival de jazz de Nueva Orleans a finales de abril. Cuando pueda, Cimafunk regresará a Cuba. “Para mantener las raíces”, dijo. “Es una vibra saludable, recarga las baterías cada vez”.